Handtmann y Bühler: socioses durante generaciones

El mercado de la fundición a presión es altamente competitivo y, sin embargo, algunas relaciones perduran a lo largo del tiempo, como es el caso de la relación entre Handtmann y Bühler. Las dos empresas trabajan conjuntamente desde hace décadas, encontrando siempre formas de prevalecer a pesar de la competencia mundial. Su serie de máquinas Carat, la expansión en China y el número 500 desempeñan un papel importante.

Socioses durante generaciones

En aquel entonces, el mundo era un poco más lento: existían emperadores y revueltas por la cerveza, y se pagaba a los trabajadores en monedas de oro. En 1873, hace casi 150 años, Christoph Albert Handtmann fundó un taller mecánico y fundición de latón en Biberach, en el sur de Alemania. Entre los primeros productos vendidos por Handtmann se incluían tiradores de cerveza y grifos. Actualmente, la empresa cuenta con un posicionamiento internacional con cinco segmentos empresariales que suministran a grandes marcas de la industria del automóvil y producen plantas completas para la industria alimentaria. 

¿No suena familiar? Las similitudes con la historia de Bühler son sorprendentes: ambas empresas comenzaron en el siglo XIX como simples fundiciones, actualmente siguen siendo empresas familiares y son grupos industriales de éxito internacional. Puede que este sea el motivo por el que la colaboración entre Handtmann y Bühler funciona tan bien.

Durante décadas, Handtmann ha confiado en Bühler como proveedor de tecnologías de fundición a presión.

Bühler es un socio de confianza con el que colaboramos estrechamente. Mi abuelo compró máquinas de Bühler, y mi padre también.

Markus Handtmann,
Director general de la planta de la empresa en Tianjin, China

Estableciendo un estándar

El 90 por ciento de las ventas anuales de Handtmann procede del área de negocioses de la fundición de metales ligeros con procesos de fundición a presión. De los casi 3700 empleados de Handtmann en todo el mundo, aproximadamente 2300 trabajan en este campo. La empresa produce aproximadamente 72 100 toneladas de piezas de aluminio y magnesio al año. Tras el proceso de fundición, las piezas se procesan internamente antes de su envío a los clientes, que en su mayor parte pertenecen a la industria del automóvil. Las plantas de Handtmann en Alemania, Eslovaquia y China cuentan con casi 100 máquinas de fundición a presión, de las cuales más de 50 son de Bühler. En particular destaca un modelo: la Carat. 

Handtmann se decidió por este modelo por primera vez en el año 2007, justo después del lanzamiento de la serie. Su diseño compacto en comparación con sus predecesoras y su fácil manejo inclinaron la balanza a su favor. Desde aquella primera instalación, la Carat ha seguido triunfando en Handtmann, que actualmente produce piezas de fundición como componentes estructurales, carcasas de baterías y engranajes, así como cárteres de aceite para automóviles en 41 máquinas Carat. 

La Carat ha ayudado a la empresa a alcanzar nuevos estándares gracias a su facilidad de manejo. Asimismo, la Carat permite realizar cambioses en numerosos parámetros de la máquina para mejorar la calidad de las piezas de fundición y para fabricar piezas más complejas con una precisión mejorada. Entre estas se incluyen componentes estructurales, que son piezas de paredes delgadas y, por lo tanto, más ligeros, y que han experimentado un importante repunte en los últimos años.

Rendimiento alto y compacto

En el momento de su lanzamiento, la Carat supuso una revolución a pequeña escala. La Carat de dos placas genera su fuerza de cierre mediante cuatro cilindros hidráulicos de grandes dimensiones. No necesita un sistema de articulación, por lo que se ahorra una gran cantidad de espacio de instalación y se mejora la distribución de la fuerza de cierre de forma considerable. 

"Esto significa que las fundiciones pueden instalar una Carat con una fuerza de cierre mayor en el mismo espacio en el que antes había una máquina más pequeña", explica Christoph Hartmann, director de ventas regional de Bühler y el primer punto de contacto de Handtmann. Una ventaja clave especialmente en Europa, donde el espacio constituye un activo valioseso. 

Con la actual presión en la producción en la industria del automóvil, Handtmann también ha tenido que realizar ajustes en todo lo posible a fin de optimizar la eficiencia de las plantas y conseguir contratos. Un gran pedido de Volkswagen para el mercado chino en 2012 supuso el factor decisivo para la expansión de su negocio a China. Bühler se sumó desde el principio como socio en la construcción del nuevo lugar de producción de Handtmann en Tianjin, un importante centro industrial con puertos para el transporte de mercancías.

Se trataba de un pedido urgente, por lo que una gestión sólida del proyecto resultó esencial. Handtmann se decidió por Bühler basándose en sus experiencias anteriores por su envío dentro del plazo. El equipo local de Bühler en China envió e instaló la primera instalación de fundición a presión dentro del plazo en el año 2013. Desde entonces, ha sido como la producción en serie de piezas de fundición: en cuanto se finalizaba una instalación, Bühler montaba la siguiente, 16 hasta la fecha. 

Estandarización en China

La primera de las dos naves de la planta está completa, y la segunda alberga ahora tres máquinas. Los logros de Handtmann en la región industrial de Tianjin son impresionantes. Es el primer lugar de producción que la empresa ha podido construir desde cero. "Vimos esta cuestión como una gran oportunidad. Reunimos a todos nuestros expertos y diseñamos lo que podríamos llamar un prototipo para otras ubicaciones", explica Markus Handtmann, quien se trasladó a China como parte de la expansión y ha gestionado la planta desde entonces. Las máquinas están perfectamente alineadas una tras la otra a izquierda y derecha de un amplio pasillo. La luz natural inunda la sala. Esto supone un fuerte contraste con la imagen popular de las fundiciones. No existen recovecos y oscuridad, sino que es un lugar luminoso y estandarizado. 

El hecho de que las 16 máquinas provengan de la misma serie refuerza esta impresión. En China, Handtmann produce exclusivamente con máquinas Carat. Solo una de ellas es ligeramente diferente: una puerta de máquina con una ejecución especial indica que es la máquina número 500, la quingentésima Carat producida por Bühler. Si alguna vez ha estado frente a una instalación de fundición de este tamaño, puede imaginar la cantidad de toneladas de material que Bühler debe haber enviado a los clientes en todo el mundo en la última década. "La Carat es nuestra serie de máquinas con más éxito hasta la fecha", afirma Hartmann, quien acompaña el proyecto en nombre de Bühler. "Nos alegró mucho que nuestra 500a máquina se instalase en Handtmann".

Mantener las instalaciones de fundición uniformes ayuda a Handtmann a estandarizar. Con el nuevo sistema de control DataView, la empresa puede programar sus procesos de forma rápida utilizando la pantalla táctil y adaptar la interfaz al usuario en cuestión. La fundición recibe apoyo de los técnicos de servicio de Bühler de la ciudad china de Wuxi. "Afortunadamente, Bühler en China no solo proporciona máquinas, sino también servicio local y piezas de repuesto", afirma Markus Handtmann.

Después de todo, la empresa tiene grandes planes en Tianjin: "Aunque actualmente todo el mercado del automóvil está mostrando signos de debilidad, somos optimistas y creemos que podemos asegurarnos una posición sólida en el mercado", afirma. China será un importante mercado en el futuro, no solo por el tamaño del país, sino por su creciente demanda en movilidad.

Una constante: innovación

Los componentes estructurales de alta calidad, en particular, están experimentando una demanda en constante crecimiento en el mercado chino. Estos componentes son fundamentales para el diseño de automóviles ligeros, lo que juega a favor de Handtmann. Después de todo, estos componentes son la especialidad de las máquinas Carat. En comparación con otros materiales y procesos, la fundición a presión ultraeficiente presenta beneficioses clave según Thomas Handtmann, CEO de Handtmann Group: 

La fundición a presión ha llegado para quedarse y ofrece una buena combinación de resistencia, diseño ligero y relación calidad-precio.

Thomas Handtmann,
CEO de Handtmann Group

Actualmente Markus Handtmann está llenando los libros de pedidos de la planta en China, con Bühler como un socio importante del proyecto. "Planeamos reforzar la colaboración a corto plazo en el avance de los procesos de fundición a presión y en la mejora de máquinas especialmente", afirma. Ni Handtmann ni Bühler planean dejar que la larga tradición familiar se desvanezca. Por el contrario, las innovaciones y su continua expansión a nuevos mercados conforman la receta del éxito, una recta que ha permitido a ambas empresas alcanzar tanto éxito durante un siglo y medio.

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